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Medicina en imágenes

  • 2005 | diciembre
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    • Johann Georg Gichtel

      Imagen: Johann Georg Gichtel (1638-1710). Eine kurze eröffnung. Chakras. De su Theosophia practica.

    • La alquimia y su trabajo práctico de laboratorio tenían como objetivo descubrir la corriente de energía vital para iluminar lo oscuro, lo enfermo y lo inconsciente y “conducirla hacia la luz”. Los grandes alquimistas como Paracelso alcanzaron el discernimiento y transcribieron su sabiduría en forma de remedios prácticos, es decir en elixires especiales obtenidos de metales, gemas y plantas. Esta “energía vital” está íntimamente conectada a la "luz de los siete planetas". Los siete planetas fueron agregados a los cinco ya conocidos en aquel tiempo: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno, el Sol y la Luna. Todo sobre la Tierra emerge de los rayos o energía de estos planetas. Como en un prisma, los planetas dividen la “luz divina de la creación” en siete cualidades. Estas crean los cuatro elementos: tierra, agua, fuego y aire (así como al quinto, el elemento secreto y sagrado, el éter) y los tres principios alquímicos básicos: Sal, Azufre y Mercurio (simplificados corresponden al cuerpo, al alma y al espíritu). Los metales, los minerales, las gemas, las plantas, los animales y también el hombre se originan a través de varias combinaciones de las siete energías planetarias, los cuatro elementos y los tres principios básicos. La “mezcla” predominante determina lo que emergerá y qué clase de carácter tendrá.

      La estética barroca del siglo XVII favorece la irrupción de un discurso filosófico que privilegia su gusto por la metamorfosis y la emblemática de la alquimia espiritual, especialmente en Alemania. Antes, durante el Renacimiento de los siglos XV y XVI, se cristaliza el esoterismo (hermetismo, Kabbala cristiana, magia natural y paracelsismo), pero luego se ve acechado por las instituciones oficiales eclesiásticas, el poder secular y la Universidad. Las hogueras condenan a lo esotérico a la marginalidad. Sin embargo, consigue mantenerse pero adoptando otras vías de expresión. Afortunadamente, los logros del Renacimiento no se perderán. La evolución de las diferentes ramas del esoterismo se sintetizará en dos niveles: en primer lugar, a través de la afirmación de la teosofía y de la “Naturphilosophie”, o de las corrientes masónicas y francmasónicas; en segundo lugar, a través de la literatura hermética, la Kabbala y la tradición greco-egipcia. Lo oculto y las diversas manifestaciones del misterio se verán reflejados en las “gothic stories” de finales del siglo XVIII y en las narraciones fantásticas del siglo siguiente.

      La teosofía o “sabiduría de Dios”, se perfila en el siglo XVII con el surgimiento del pensamiento de Jakob Böhme, cuya obra sirve de punto de partida para el desarrollo de esta corriente en los siglos siguientes. Pretende ser una aproximación intelectual y especulativa a los principios que unen la divinidad, la naturaleza y el hombre, fundada en una hermenéutica esotérica instruida por la teoría de las correspondencias y las homologías: todo es analogía u homología en la Creación y cada parcela del Universo está en estrecha relación con la luz divina.

      Las enseñanzas alquímicas incluyen un modelo de desarrollo tanto para los materiales como para el ser humano: desde la oscuridad, hacia la luz y la sabiduría. Esto está comprendido en los “chakras” y sus tres niveles energéticos: Nigredo, Albedo y Rubedo con diferentes grados de curación corporal, mental y espiritual, de maduración interna y desarrollo de la conciencia. En el modelo de chakras alquímico cada uno de los siete planetas envía a la Tierra “tres cualidades de energía” diferentes, que corresponden, en términos simples, a la vibración del cuerpo, del alma y del espíritu de cada planeta (en la alquimia: sal, azufre y mercurio). Cada una de estas tres cualidades de cada planeta puede encontrar resonancia dentro de los chakras de un ser humano y así se originan los tres niveles diferentes de vibración:
      - Nigredo (negrura): vibración de la sal (= cuerpo), corresponde a los planetas de nivel más bajo. Sustenta los procesos de solidificación.
      - Albedo (blancura): vibración del azufre (= alma), sustenta los procesos disolutivos y distributivos.
      - Rubedo (lo rojo): vibración del mercurio (= espíritu, el más alto nivel. Sustenta los procesos de
      regulación y armonización.

      Johann Georg Gichtel, discípulo de Böhme, fue un místico alemán nacido en Regensburg. Es el autor de una de las ilustraciones alquímicas de los chakras más famosa. Los chakras son los “sellos de los planetas”: la imagen muestra a un hombre terreno, natural y siniestro entre las estrellas y los elementos y refleja cómo la rueda de los planetas en siete sellos diabólicos se superpone sobre el alma. Gichtel dispone los siete planetas clásicos sobre el cuerpo humano y correlaciona a cada uno de ellos con los siete vicios o pecados capitales. Con esto, Gichtel quiso demostrar las circunstancias bajo las cuales evocan los planetas aspectos negativos en el hombre: el chakra base resuena con la vibración-sal de la Luna, el chakra esplénico con la vibración mercurial más baja, el chakra del plexo solar con la de Venus, el chackra del corazón con la vibración-sal del Sol, el chakra laríngeo con Marte, el chakra del entrecejo con Júpiter y el chakra coronario con la vibración-sal de Saturno. Cuando predominan en el hombre las vibraciones de sal oscuras de los planetas (Nigredo), la capacidad de autorreflexión no es muy elevada. Esta personalidad es fácil de manipular, olvidadiza e inescrupulosa, dado que su mundo está condicionado por sus propias necesidades y deseos. Sus patrones emocionales son simples. Todas las personas pueden ser confinadas a la fase Nigredo un tiempo: todo está detenido y endurecido, nada se mueve: aparecen las enfermedades sedimentarias: endurecimiento, rigidez de los miembros (arteriosclerosis). Una transformación alquímica permanente se inicia por medio de la intensificación del fuego, del azufre, de las emociones y del fortalecimiento de la razón. Con la ayuda de esencias alquímicas se puede sustentar un cambio. En la ilustración de Gichtel se da una indicación de la forma en que los planetas pueden actuar positivamente y de cómo los vicios pueden transformarse en virtudes, sería la forma de salir de la “negrura” para ir hacia el camino de Albedo: es la espiral marcada que conecta todos los sellos de los chakras. Dependiendo de lo que se considere como origen de esta nueva secuencia: el corazón o la corteza, tendremos el “sendero del corazón” o el “sendero del místico” respectivamente.

      Bibliografía

      Ardnt, Ulrico. El camino hacia la luz: la doctrina de los Chakras en la alquimia [en línea]. Aparecido en la Revista Paracelso 2004 oct., p. 10-4. Disponible en: URL:
      http://www.horusmedia.de/2004-chakra/chakra-es.php [Consulta: 23/11/05].

      Aromatico, Andrea. Alquimia: un secreto entre la ciencia y la filosofía. Barcelona: Ediciones B, 1997.


      Corsetti, Jean-Paul. Historia del esoterismo y de las ciencias ocultas. Buenos Aires: Larousse, 1993. (Referencias).

       

      En la Web:

       

      Alchemy Web Site.

      Adam McLean's Gallery of alchemical images

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      HorusMedia

      http://www.horusmedia.de/alchemie.php

      [Consulta: 23/11/05]

       

      J.R. Ritman Library. Biblioteca Philosophica Hermetica

      http://www.ritmanlibrary.nl/

      [Consulta: 23/11/05]


      Johann Georg Gichtel

      http://kingsgarden.org/English/Organizations/OM.GB/Gichtel/Gichtel.htm

      [Consulta : 23/11/05]

       

      Ways of Christ

      http://www.ways-of-christ.net/images/gichtel.htm

      [Consulta : 23/11/05]

       

      Wikipedia. The free encyclopedia.

      http://en.wikipedia.org/wiki/Johann_Georg_Gichtel

      [Consulta: 23/11/05]