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Aprender Salud

El desgaste del cuidador

El agotamiento físico y mental de la persona que asume este rol puede conducir al llamado “fantasma de la sobrecarga”

“El síndrome de agotamiento o sobrecarga del cuidador es una situación que puede manifestarse desde lo emocional, físico o económico; y expresarse como ansiedad, depresión, problemas para dormir, malestares físicos, falta de atención, disminución de las defensas, aumento del consumo de tabaco, alcohol o psicofármacos y aislamiento”, detallan los profesionales de la Sección Medicina Geriátrica del Servicio de Clínica Médica del Hospital Italiano.

Es que el  trato diario, los problemas de conducta y las alteraciones del sueño pueden llevar a un deterioro inadvertido de quien ejerce el rol de cuidador principal de una persona, en especial cuando se trata de un familiar. ¿Cómo advertir que el cuidador necesita descanso?  ¿Cómo prevenir la sobrecarga del cuidador? 

Acciones para prevenir el desgaste del cuidador

  • Contar con algún tiempo libre para descansar. O para realizar actividades que les puedan resultar placenteras. Este descanso es necesario y fundamental para cuidar mejor y no implica descuidar a su ser querido.
     
  • No descuidar su propia salud. La atención a la salud de los cuidadores es tan importante como la de la persona enferma. Trate de alimentarse de forma saludable armando un plan semanal de alimentación y realizar actividad física rutinaria, dentro de sus posibilidades. Es necesario que tenga algunos momentos de esparcimiento y desconexión sin la persona enferma.
     
  • Conformar un equipo de cuidados. Y así rotar las tareas. Si no hay otro familiar y las posibilidades económicas dificultan la opción de contratar a un cuidador, se puede indagar sobre los servicios sociales a los que se puede concurrir.
     
  • Convocar a personas allegadas. Familiares, amigos, vecinos, u otros conocidos para armar el equipo de cuidados según las necesidades de cada persona enferma y su cuidador (usted). Hay que plantear necesidades concretas (por ejemplo, “necesitaría ayuda los miércoles a la mañana para que se queden con el/lla”). Si la familia o los allegados no responden luego de un tiempo prudencial, quizás no valga la pena seguir invirtiendo energías con ellos.
     
  • Tener un plan de cuidados a largo plazo. Las demencias son enfermedades de larga duración que generan cada vez más dependencia de otra/s personas para vivir. Por ello, necesitarán uno. Armar este plan llevará algún tiempo. No hay soluciones mágicas, no las busque.
     
  • Dejarse ayudar y buscar ayuda. Si sólo busca ayuda pero luego no se deja ayudar no funcionará. Si se deja ayudar pero no busca ayuda concreta, tampoco será útil. Todos los cuidadores necesitan ayuda y nadie puede realizar solo/a esta tarea las 24 hs del día los siete días de la semana sin padecer efectos adversos en el corto o mediano plazo.
     
  • Buscar ayuda contratada (cuidadores formales) dentro de las posibilidades económicas. Dicha tarea puede ser realizada por personas con diferente capacitación (cuidadores domiciliarios, enfermeros, asistentes, auxiliares,acompañantes terapéuticos, otros. Sin embargo, lo más importante es la afinidad con la persona enferma). De ser posible pedir referencias y plantear un período de prueba.

Si usted es cuidador/a, deberá estar atento a sus propios síntomas y tomar algunas medidas para prevenir la sobrecarga.

 

 

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