Aprender Salud
¿Fibromialgia o contractura?
La Dra. Victoria García de la Sección Reumatología del Servicio Clínica Médica, contesta las preguntas que los pacientes nos formularon.
“Mi mujer se tensiona demasiado y tiene problemas en la cervical, dolor de cuello. Lo atenúa con masajes y en ocasiones, toma aspirinas. Uno se acostumbra y se automedica…” Abel, 68 años.
La columna cervical se contractura con facilidad. Los masajes descontracturantes, los ejercicios de relajación, aspirinas u otros antinflamatorios pueden ser de ayuda en muchos casos para aliviar el dolor local. Sin embargo, la automedicación es una conducta sumamente peligrosa que debe ser combatida. Pero la fibromialgia es otra cosa.
“¿Cuándo es fibromialgia y cuándo sólo una contractura?” María Pía, 62 años.
La contractura muscular consiste en un cuadro de dolor localizado, ocasionado por un área de tensión muscular. En cambio, la fibromialgia es un síndrome que cursa con dolor músculoesquelético generalizado, acompañado de dolor exquisito a la presión en puntos anatómicos específicos, conocidos como “puntos dolorosos”. Si bien este dolor se parece al originado en los músculos y articulaciones, esta enfermedad no constituye en sí misma una enfermedad articular.
Es considerada un trastorno somatoforme, cuya base es la alteración de la percepción y procesamiento del dolor a nivel del sistema nervioso central, lo cual conlleva un bajo umbral de tolerancia a los estímulos dolorosos y favorece la puesta en marcha de mecanismos amplificadores y perpetuadores del dolor.
“Cuando uno se realiza un chequeo de rutina ¿Puede detectarse o hay que efectuar algún estudio particular?” Félix, 56 años. El diagnóstico de fibromialgia es puramente clínico, es decir, un buen interrogatorio, un examen físico exhaustivo y una mínima rutina general de laboratorio suelen ser suficientes para arribar al diagnóstico.
“¿Se sabe qué la ocasiona?” José, 69 años.
En la actualidad se sabe que, en algunos casos, existe una predisposición genética para el desarrollo de esta enfermedad. Es conocido, también, que algunos factores pueden actuar como detonantes o agravar los síntomas de fibromialgia, por ejemplo, algún suceso estresante, trastornos del estado anímico, algunas infecciones virales, etc.
La fibromialgia es una afección crónica. Si bien en los últimos años han surgido nuevas opciones terapéuticas, no existe terapia farmacológica ni rehabilitación kinésica que conduzca a una curación definitiva. Cualquier ámbito donde predomine el estrés podría resultar desfavorable para aquellas personas predispuestas a desarrollar fibromialgia. Además, el sedentarismo, muchas veces observado en quienes tienen un horario laboral extenso, constituye otro factor adverso.
Se presenta de forma predominante en mujeres, siendo más frecuente entre los 30 y los 55 años.
Los ejercicios aeróbicos de bajo impacto (caminar, bailar, andar en bicicleta) y otros como el yoga, mejoran los síntomas en pacientes con fibromialgia. Además, los realizados en el agua son de especial utilidad en caso de contracturas.
“¿Mejora con el ejercicio? ¿Cualquiera que implique moverse o existen algunos específicos que se deben realizar?” Carla, 39 años.
Numerosos ensayos clínicos indican que la actividad física aeróbica, los ejercicios en el agua y el Tai Chi pueden mejorar síntomas como el dolor y el cansancio, además de regularizar el patrón de sueño. En algunos pacientes, el yoga y los ejercicios de estiramiento y relajación pueden ser de ayuda. Cualquier otra modalidad de bajo impacto (o mejor, sin impacto) ya sea baile, caminata o bicicleta con respaldo cómodo, son recomendables.
“En caso de contracturas cervicales ¿Qué hacer?” Juan Manuel, 48 años.
Se recomiendan ejercicios de relajación y flexibilidad. Es importante corregir los “vicios posturales” de la vida diaria que puedan estar provocando o agravando esa contractura. Será de utilidad usar una almohada de mediana altura, evitar dormir boca abajo, colocar el televisor o el monitor de la PC a una altura cómoda (a fin de evitar la hiperflexión o extensión cervical) y evitar ver televisión o leer incómodo en la cama. Los ejercicios realizados en el agua (natación, aqua gym, etc.) son de especial utilidad en caso de contracturas.
Como medidas adicionales, en ocasiones pueden ayudar el calor local (lo cual reduce el espasmo muscular) la masoterapia o la terapia física. Los antiinflamatorios y/o miorrelajantes pueden utilizarse en algunos casos, pero no se recomiendan rutinariamente y no deben utilizarse por períodos prolongados ni sin supervisión médica.
Para llegar al diagnóstico es necesario que el paciente presente dolor corporal generalizado. Un dolor sólo confinado a la zona cervical difícilmente será ocasionado por fibromialgia.
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Nota perteneciente a la revista Aprender Salud