Conoce a nuestro equipo

No solo dirigido a las personas que están transitando una internación hospitalaria, sean adultas, niños o jóvenes, sino también a enfermeras, médicos, personal de asistencia, de higiene, de gastronomía, a los camilleros. Este equipo, de alguna manera, con su impronta de ir por los pasillos con los elementos a la vista —instrumentos, el carrito con colores, los libros— va dejando una intervención poética en un espacio hospitalario donde esto tal vez no es lo esperable. Y eso provoca sonrisas, distensión, sorpresa: “Yo venía por otra cosa y de pronto me encuentro con la melodía, me convidan un poema, un bomboncito para llevar”. 

Toda esa circulación provoca algo: se abren otras escuchas, otras posibilidades de transitar esa situación que te llevó al hospital, sea cual sea el motivo. Porque tenés que realizar un tratamiento o porque estás acompañando a alguien que lo tiene que realizar.

 

El testimonio de Diana Tarnofky

Dentro de mi actividad cotidiana, trabajo en sectores de internación de personas adultas, junto con mis compañeras del equipo, por supuesto. Vamos rotando. Siempre trabajamos en dupla, lo cual es muy importante, porque permite tejer un acompañamiento con multiplicidad de miradas, de escucha, y muy personalizado.

Es muy importante el trabajo en dupla: la previa, la preparación de los elementos, los instrumentos musicales, los libros, los poemas, todo lo que se va a compartir. Pero siempre lo que sucede es único e irrepetible. Siempre se construye en un aquí y ahora, con la gente concreta con la que uno se va encontrando.

Con ellos se construye lo que acontece, el viaje, como decimos nosotras, que vamos a realizar con la imaginación. Porque la gente está internada, entonces es un viaje imaginario. Esta dupla, ¿qué hacemos? Jugamos a ser una agencia de turismo que ofrece viajes todo terreno, totalmente gratuitos, con garantía de regreso, con mucho cuidado para las pasajeras y los pasajeros. El único requisito que nos ponen en el hospital es que la gente regrese a continuar el tratamiento. Pero todo el mundo está invitado a salir a pasear.

Las posibilidades de transporte que ofrecemos pueden ser, por ejemplo: cantar una canción que tenga sentido para la persona o para la familia. Otra posibilidad es el viaje sonoro: se invita a cerrar los ojos y la gente escucha una trama de sonidos que la dupla improvisa en ese momento. Al abrir los ojos, nos cuentan por qué paisajes anduvieron.

Otra posibilidad es contar un cuento, acompañado por un instrumento musical, que puede ser el acordeón, la guitarra, el ukelele, los cuencos. La narración se desliza sobre un campo sonoro. También tenemos la "lluvia poética", que son unas estructuras de paraguas o sombrillas, que tienen este poder mágico de hacer llover música, poesía, impronta poética. Convidamos bombones poéticos que a veces son saquitos de té. Nada es lo que parece: es un "te cuento".

Jugamos con estas estructuras de paraguas o sombrillas, que tienen un efecto contrario, porque lo que hacen es empaparte en poesía, en música, o llenarte de sol con las palabras. La gente elige qué quiere en cada ocasión. Y ahí se despliega un universo. A partir de ese universo aparecen conversaciones. La gente puede referir a algo que está pasando con su enfermedad, hablar de sus proyectos futuros, de la infancia, de los sueños que tienen, a través del viaje imaginario que hacemos. Muchas veces queda algo flotando y la propuesta es escribir, pintar, seguir intercambiando. 

Trabajo en los sectores de oncología, terapia intensiva, terapia intermedia de personas adultas. Y también en la sala de espera de neonatología, con mamás y papás que cuidan a sus bebitos. 

Es totalmente distinto el trabajo que hacemos en Neo. Ahí podemos poner libros sobre la mesa, muchos instrumentos musicales, hay una cartelera con poesías, hacemos envíos por WhatsApp para sostener a las familias durante períodos prolongados de internación. Es un lugar muy delicado y es un trabajo muy sutil el que hacemos en Neo. A través de los lenguajes del arte, buscamos aportar sensibilización, metáfora, y un encuentro de las personas consigo mismas, que favorezca su bienestar emocional.

Considero que este trabajo tiene un trípode que lo sostiene: la escucha profunda, la disponibilidad y el diálogo. Ahí está la primera semilla de ese trípode. Es una escucha hacia adentro, una escucha hacia afuera. Con el equipo que formamos es una escucha con nosotros, con las personas internadas, con sus familiares, con todas las partes que conforman el gran barco que es un hospital, cuyo objetivo es acompañar y ayudar a que la gente recupere su salud y pueda vivir con la mayor salud posible, ¿verdad? Entonces es una salud integral, donde se cuidan todas las partecitas de ese gran universo que es el cuerpo humano.

Nosotros somos una gotita de agua en medio del mar, un granito de arena. Pero ese granito de arena es necesario para el engranaje de todo lo demás. A veces, ese lugarcito, esa puerta o esa ventana que se abre, sutil, deja un eco muy profundo, una huella imborrable, que repercute en la salud integral.

Las personas lo refieren, lo comentan: “Había un dolor, y por ese ratito el dolor se fue”. O: “Pude entrar en otro estado, relajar el cuerpo cuando había mucha tensión”, o “Soltar un llanto que estaba retenido”, o “Ponerle palabras a lo que se estaba sintiendo”. Es potente el trabajo que hacemos. Siento que es muy potente, muy rico en aprendizaje, por todo lo que se teje con otras personas que trabajan en el hospital.  Se construye sentido, se aprende.
Ya te digo: la escucha, la disponibilidad y el diálogo son lo esencial.

Después están las especificidades de nuestros lenguajes, que cada uno aporta un campo semántico, profundidades. Cada uno de estos lenguajes, entrelazados entre sí, arma un nuevo discurso poético. Creo que esa es la potencia de nuestro equipo: los lenguajes que cada artista trae, entramados, construyendo un nuevo lenguaje poético en el contexto del hospital.

Nunca nos olvidamos que estamos en un hospital y estamos sumamente atentas a toda esa vulnerabilidad, a ese dolor, a ese transcurrir. Y también con esta sensibilidad, esta escucha, esta disponibilidad de diálogo con todas las personas que trabajan en el hospital, con quienes podemos armar puentes. Desde nuestros lenguajes, estar al servicio, disponibles para colaborar con el bienestar.

Muy agradecida de formar parte de este equipo. Creo que es un gran equipo de profesionales y un gran equipo humano. Hay un aprendizaje continuo, permanente. Es un equipo donde se construye, se crea, se inventa, se estudia, se reflexiona, se investiga. Está en permanente transformación y cambio, en todo lo que puede ser transformado y cambiado. Y lo que tiene que permanecer es la esencia de nuestros objetivos, y esta escucha, disponibilidad y diálogo que hacen posible estar en órbita, con mucha presencia y posibilidad de creación.

Estoy muy agradecida a cada persona de este equipo. No es posible hacer este trabajo si no se hace en equipo. Es fundamental.  Por eso quiero nombrar a cada una de las personas integrantes. No se puede hacer este trabajo si no es de esta manera. El trabajo en equipo, con los otros equipos de salud —enfermeras, médicos, psicólogos, kinesiólogos, camilleros, administrativos— todo, todo forma parte de un entramado que es fundamental.

Esa red tejida de conversación y acción es fundamental. Es la semilla que hay que poner en esa tierra fértil para que crezcan bosques. Eso es lo que creo. Tengo un agradecimiento total, inmenso, a las personas que se brindan, que confían, que se dejan acompañar. Felices de ver transformaciones, de ver gente que sale adelante, que sigue recorriendo la vida. Y, aun cuando nos ha tocado acompañar en el final de la vida, también ha sido una experiencia de vida para el equipo y para las familias.

Porque hasta que la vida nos da vida, seguimos ahí, creando, soñando, impulsando vida, explorando lo poético, que siempre es abrir un mundo y multiplicar sentidos. Así que es mucho aprendizaje, mucho, mucho aprendizaje, resignificación de la vida. Mi agradecimiento es infinito a este equipo. No es posible sin esta trama.

 

Nuestro equipo

Jefa del Departamento de Responsabilidad Social

Felicitas Herrera

 

Coordinador general del equipo

Ignacio Usandivaras

 

Coordinadora artística

Mariana Ramos

 

Diana Tarnofky

Victoria Franco

Ángeles Camblong

Paula Mikey

Sathya Socolovsky

Laura Ramírez

Claudia Higa