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Cirugía de tiroides

Conceptos provistos por la Sección de Cirugía Tiroidea y Paratiroide, Servicio de Cirugía General.

La tiroides es una glándula endocrina en forma de mariposa que se encuentra en la base del cuello,
justo debajo de la nuez de Adán. Es parte del sistema endocrino y produce hormonas importantes que
regulan diversas funciones del cuerpo, como el metabolismo, el crecimiento y la temperatura corporal.


Las hormonas tiroideas producidas por la glándula tiroides son la tiroxina (T4) y la triyodotironina (T3),
que tienen un papel fundamental en el metabolismo celular. Estas hormonas afectan a prácticamente
todos los órganos del cuerpo y desempeñan un papel crucial en la regulación del metabolismo basal,
que es la cantidad mínima de energía que necesita el cuerpo para mantener funciones vitales en reposo.


Cuando la tiroides no produce suficientes hormonas (hipotiroidismo) o produce demasiadas hormonas
(hipertiroidismo), puede afectar el funcionamiento normal del cuerpo y causar una variedad de síntomas
y problemas de salud. El cáncer de tiroides es solo una de las posibles afecciones que pueden afectar
esta glándula.


¿Qué es un nódulo tiroideo?
● Es un crecimiento anormal en la glándula tiroides. Estos nódulos pueden variar en tamaño,
desde tan pequeños como una semilla de amapola hasta tan grandes como una pelota de golf.
● La mayoría son benignos, lo que significa que no son cancerosos. Sin embargo, en algunos
casos, un nódulo puede ser maligno, lo que significa que contiene células cancerosas.
● Es importante destacar que la mayoría de los nódulos tiroideos no causan síntomas y se
descubren durante exámenes físicos de rutina o pruebas de imagen, como ecografías o
tomografías computarizadas, realizadas por otras razones.

 

¿Qué síntomas pueden indicar la presencia de un nódulo tiroideo? Hinchazón en el cuello,
dificultad para tragar, dolor en el cuello, ronquera o cambios en la voz, sensación de presión en
el cuello.
Si se descubre un nódulo tiroideo. El médico puede realizar pruebas adicionales, como una biopsia
con aguja fina, para determinar si el nódulo es benigno o maligno. El tratamiento de los nódulos tiroideos
depende de varios factores, como el tamaño, la apariencia en las pruebas de imagen y si causan
síntomas. En muchos casos, los nódulos benignos pueden ser monitoreados sin necesidad de
tratamiento, mientras que los nódulos malignos generalmente requieren cirugía y, a veces, terapia con
yodo radiactivo o radioterapia.


Tengo un nódulo en la tiroides, ¿eso significa que tengo cáncer?
● No todos los nódulos tiroideos son de carácter maligno. Existen nódulos que se producen por el
crecimiento anormal de células tiroideas pero que no tienen la capacidad de invadir otros tejidos,
por lo cual son de comportamiento benigno y solamente se necesitan realizar controles de los
mismos. Por eso siempre que tenga un nódulo tiroideo tiene que consultar con un especialista.
Tengo un nódulo benigno, ¿eso quiere decir que nunca voy a requerir tratamiento?
● Los nódulos benignos pueden requerir cirugía dependiendo del tamaño y los síntomas que
generen. Para saber si el nódulo necesita tratamiento, debe consultar con el especialista.

¿Qué es el cáncer de tiroides?
● Es una enfermedad de carácter oncológico que se produce por el crecimiento anómalo y
excesivo de las células que forman parte de la glándula tiroides. Dicha glándula se encuentra en
la base del cuello y es responsable de producir hormonas imprescindibles que regulan el
metabolismo del cuerpo.
● Existen diferentes tipos de cáncer de tiroides, siendo el carcinoma papilar y el carcinoma folicular
los más comunes. Otros subtipos menos frecuentes incluyen el carcinoma medular de tiroides y el carcinoma anaplásico.
● El pronóstico para el cáncer de tiroides varía según el tipo y la etapa del cáncer, así como la
respuesta al tratamiento. Afortunadamente el cáncer papilar de tiroides que es la estirpe tumoral
que se presenta en el 90% de los casos, presenta habitualmente una evolución y un pronóstico
muy alentadores.
● Es un pequeño porcentaje de tumores los que presentan una evolución más agresiva, como son
el cáncer medular y el anaplásico. Cualquiera sea la estirpe tumoral y el tratamiento requerido,
es importante siempre realizar un seguimiento regular con el médico después del tratamiento
para monitorear cualquier signo de recurrencia.


¿Por qué se produce este cáncer?
Puede tener múltiples causas, y en muchos casos no se conoce la causa exacta. Sin embargo, existen
factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar esta enfermedad. Algunos de
estos factores incluyen:
● Radiación. La exposición a la radiación, ya sea en el pasado debido a tratamientos médicos o
radioterapia en la cabeza y el cuello, o debido a la radiación ambiental, como la radiación de
accidentes nucleares, puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de tiroides.
● Antecedentes familiares. Tener antecedentes familiares de cáncer de tiroides puede aumentar
el riesgo de padecerlo.
● Edad.. Aunque el cáncer de tiroides puede ocurrir a cualquier edad, es más común en adultos
mayores.
● Sexo. Las mujeres tienen un riesgo ligeramente mayor de desarrollar cáncer de tiroides que los
hombres.
● Historial de bocio o nódulos tiroideos. Tener antecedentes de bocio o nódulos tiroideos
también puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de tiroides.
● Otros antecedentes. Como obesidad, diabetes y síndrome metabólico pueden contribuir a
desarrollar la enfermedad.


¿Qué síntomas produce el cáncer de tiroides?
Los síntomas del cáncer de tiroides pueden variar y a menudo son sutiles, lo que puede dificultar su
detección temprana. Algunos de los signos y síntomas pueden incluir bultos o nódulos en el cuello,
cambios en la voz, dolor de garganta, dificultad para tragar o respirar, y en algunos casos, hinchazón en
el cuello.


¿Cómo se realiza el diagnóstico?
En la gran mayoría de los casos, se trata de una enfermedad asintomática en la que el diagnóstico se da
mediante un hallazgo en un estudio solicitado para otro fin. El especialista médico, una vez que
sospecha la presencia de un nódulo tiroideo, puede solicitar estudios que impliquen ecografías,
tomografías computarizadas (TC) así como biopsias por punción de la glándula tiroides para examinar
las células bajo un microscopio y determinar si son cancerosas.


¿Cómo es el tratamiento?
● El tratamiento para el cáncer de tiroides depende del tipo y la etapa del cáncer, así como de
otros factores individuales. Habitualmente el tratamiento inicial es la cirugía para resecar parte o
la totalidad de la glándula tiroides. En una gran proporción de casos, este suele ser el único
tratamiento y el definitivo.
● En algunos, se requiere complementarlo con yodo radiactivo que destruye las células cancerosas
remanentes a nivel microscópico.
● En casos excepcionales se puede requerir radioterapia como tratamiento adyuvante. Aquellos
pacientes a los que se les haya removido la glándula completa, deberán recibir hormona tiroidea
de por vida, que consiste en un comprimido diario en ayunas.


¿En qué consiste la cirugía de tiroides?
La cirugía de tiroides, conocida como tiroidectomía, implica la extirpación total o parcial de la glándula
tiroides. Aquí los pasos generales de este procedimiento:
1.- Preparación del paciente. Antes de la cirugía, se realiza una evaluación médica completa para
asegurarse de que el paciente esté en condiciones óptimas para la operación. Esto puede incluir pruebas de laboratorio, evaluación de la función tiroidea y otros estudios preoperatorios según la
necesidad.
2.- Anestesia. El paciente se coloca bajo anestesia general para que esté completamente dormido y no
sienta dolor durante la operación.
3.- Incisión. El cirujano hace una incisión en el cuello, generalmente en la línea media justo por encima
de la clavícula o a lo largo del pliegue natural del cuello, dependiendo de la técnica quirúrgica y el
tamaño del nódulo o la glándula tiroides a extirpar.
4.- Identificación y preservación de estructuras importantes. Una vez realizada la incisión, el
cirujano identifica la glándula tiroides y las estructuras circundantes, como las cuerdas vocales, los
nervios laríngeos recurrentes y las glándulas paratiroides. Es importante preservar estas estructuras
para minimizar el riesgo de complicaciones.
5.- Extirpación de la glándula tiroides. Dependiendo de la razón de la cirugía, se puede optar por
extirpar parte de la tiroides (tiroidectomía parcial) o toda la tiroides (tiroidectomía total). Esto puede
implicar la extirpación de nódulos, tumores benignos o malignos, o la tiroides completa en casos de
cáncer de tiroides.
6.- Cierre de la incisión: Una vez completada la extirpación de la tiroides, se suturan las capas de la
incisión cuidadosamente para cerrarla. Se pueden utilizar suturas absorbibles o no absorbibles, y en
algunos casos se puede colocar un drenaje temporal para eliminar cualquier exceso de fluido en la zona
quirúrgica.
Después de la cirugía. El paciente será monitoreado de cerca en el hospital para detectar cualquier
signo de complicaciones, como sangrado excesivo o cambios en la función de las cuerdas vocales. El
tiempo de recuperación varía según la extensión de la cirugía y la salud general del paciente, pero la
mayoría de las personas pueden volver a sus actividades normales dentro de unas pocas semanas
después de la cirugía.