Perspectivas
Enrique Macaya Márquez: “Soy un apasionado del fútbol y todavía sigo aprendiendo”
Por el equipo editorial de Aprender Salud. Nota publicada originalmente en la revista impresa, edición Junio 2014.
Roberto Maure es miembro de la comunidad del Hospital y nos suele hacer sus aportes con calidez, buscando mejorar esta publicación. Y en esta ocasión nos contactó con su amigo personal, Enrique Macaya Márquez, de cara a batir un récord de permanencia cuando asista al mundial de Brasil.
¿Cómo fueron sus inicios en el oficio de periodista?
-Mi padre trabajaba en el diario El Mundo, que pertenecía a la editorial Haynes. Ellos eran dueños de Radio El Mundo y de revistas muy conocidas como Caras y Caretas, Mundo Deportivo, Mundo Infantil, El Hogar, etc. Entré en la radio como administrativo cuando tenía 15 años, en mi casa ya se había decidido que estudiara y trabajara, así que comencé a cursar el secundario de noche. Por una cuestión de afinidad conocí al equipo de Fioravanti -que era el mejor relator en ese momento- y, luego de tres años, comencé en una audición leyendo formaciones de equipos, yendo a la cancha. En 1974 me decidí a continuar exclusivamente con el fútbol.
¿Cuáles fueron sus referentes?
-Yo no tengo referentes muy concretos, esa era la época de Enzo Ardigó, que tenía una voz extraordinaria, buen ritmo y sobre todo muy buen manejo del idioma. Los periodistas hablaban muy bien, estaban muy bien formados en ese aspecto. Después trabajaba con el genio Ortega Moreno en Radio Libertad y con él hice mi primer Mundial, Suecia 58´, para Radio Belgrano.
Ya soy número uno en el mundo, no hay periodistas en actividad que hayan cubierto tantos mundiales seguidos. ¡Igual no dice nada, es sólo un número!
Después de tantos años ¿cómo logra sostener el desafío de permanecer?
-Porque me gusta, yo soy un apasionado de esto. Y sigo aprendiendo, sigo leyendo. Porque parece muy sencillo -por eso todo el mundo opina- pero no es ni tan fácil ni tan sencillo. Uno no debe tomar todo, tiene que desmenuzar y analizar cada una de las cosas, buscando fuentes de información y de formación. Hay que desconfiar en el buen sentido, yo sigo leyendo bastante para encontrar nuevas herramientas. Y más que la información -que la tienen todos- me interesa lo conceptual.
Sobre la pasión leímos que usted, por otro lado, tuvo que despegarse como fanático para poder trabajar...
-Correcto, tuve que apartarme de la pasión partidaria, del hincha, en función de la pasión por el juego. Yo fui resignando porque vos necesitás ser neutral, buscando la objetividad en la medida en que se pueda lograr. Y yo creo que es una obligación desapasionarse para hacer un análisis, acá no se trata de, si pierde la selección, se rompe el carnet o, si gana, a la Casa Rosada. Para un periodista no debe ser eso. Ahora, esto te obliga a sacrificar la otra cara de la pasión, que es la pasión partidaria, el hinchismo de festejar o penar porque te vaya mal, que es una forma de vivir.
¿Se valora el proceso en el fútbol o sólo vale ganar?
-Acá sólo vale ganar, se valora el éxito y, en cierta medida, el éxito siempre tiene que sostenerse de algo. Generalmente, los que hacen las cosas bien tienen más chances de que les vaya mejor. La exigencia del resultado es cruel, no se valora mucho el proceso, quizás te lo puedan decir al oído...
Tenemos una cultura resultadista y eso le llega a los chicos, donde sólo sirve el que gana. Es importante intentar cambiarlo aunque por televisión se les vende el resultado, todos quieren ganar siempre como Messi, por eso quieren ser él.
Y lamentablemente es así, también, porque no hay políticos que no quieran servirse del deporte -del color o ideología que quieras- esto invade el juego. Uno quiere ganar porque sino no hay competencia, pero hay que conocer los límites de cada uno para evitar la frustración, la lesión. Ahí hay lugar para la diversión, es difícil, pero es así, es la vida misma.
¿Y a nivel personal, haciendo una analogía con la salud, qué valor tiene cuidar el proceso?
-Si uno mantiene cierto cuidado en lo personal, va a estar bien en lo profesional, es así. Si bien hay cosas que uno separa, lo personal y lo profesional también van juntos. Si yo cuido a mi persona, estoy cuidando al periodista. Y el periodista me dio muchas posibilidades, conocer el mundo, hacer lo que me gusta.
¿Y con su médico? Él es quien comenta los partidos de su salud ¿cómo toma sus comentarios?
-¡Son sentencias! (risas). Las del médico son así, no se discuten, no se opina como en el fútbol. A mí, particularmente, no me cuesta cumplir, quizás no tengo excesos pero yo el vaso de vino me lo tomo... Depende de la conducta de cada uno. Quizás es porque soy inteligente o porque soy temeroso y prefiero cumplir, quizás es un temor inteligente (risas).
¿Le costó dejar de jugar al fútbol, por ejemplo?
-Si, pero se aprende, yo sé que no estoy para soportar una fractura, que puede ser muy grave a esta edad. Pero es natural, empecé a caminar, hacer cosas más tranquilas, menos traumáticas. Porque el fútbol, hay que decirlo, es muy peligroso. Hay que saberlo jugar, ser cuidadoso más allá de la pasión, incluso tengo a mi hijo que está en el tema (N. de la R.: Gabriel Macaya es preparador físico). El fútbol profesional, de pronto, puede hacer más daño que darte beneficios desde lo físico.
No es casualidad, entonces, esta conducta profesional y personal que tiene...
-Son inseparables, también puede ser que uno cometa algún error o exceso por privilegiar el trabajo. Ir a un Mundial es muy lindo pero implica un gran esfuerzo: en Sudáfrica trabajábamos en horarios que iban en contra de nuestra salud, con bajas temperaturas, por ejemplo. Pero si querés evitar eso tenés que dedicarte a otra cosa, ¡no podés cambiar los husos horarios! (risas).
Uno debe encontrar los elementos para hacer un análisis y una crítica basados en el conocimiento. Eso y ser respetuoso creo que redondea lo que significa cerrar el círculo de nuestro trabajo.
Un sello propio en un país donde todos opinan
¿Cómo consiguió una impronta, un estilo, en los comentarios?
-Recién comenzaba a transmitirse el fútbol, no había muchos modelos a copiar. Casi que tuve que inventarlo al comentario. Pensaba: ¿cómo se comenta?, ¿para qué, para quiénes? ¿qué es lo que ven o lo que no ven? Antes estaba mucho más aferrado a una técnica, ahora es más informal, el espectador agradece que le relaten por televisión como si fuera por radio, con los mismos tonos, velocidad, que le cuenten lo que está viendo, ¡casi increíble! Yo considero importante que el comentario aporte una mirada de conjunto, un análisis fundamentado. Hay cosas que son innecesarias “que por derecha, que por izquierda...”, es lo que uno está viendo, ¡incluso los televidentes ven mejor que uno! (risas).
Hay un estilo particular en su modo de entrevistar que es el respeto al deportista, siempre los trata de usted, ¿eso es deliberado, le salió así?
-Sí, es deliberado porque yo sé como piensan los jugadores, por ejemplo, que estás obligado a hablar por la relación que tengas: “¿cómo decís que jugué mal si ayer estábamos hablando fenómeno?” No lo pueden entender. Yo no quería tener ningún compromiso y elegí hacer lo que corresponde: tratarlos con respeto pero, sobre todo, tener conocimiento de lo que uno dice y saber fundamentar. Porque, sino, uno está atentando contra los intereses, contra el amor propio. Y esa especie de neutralidad objetiva muy técnica es lo que me brinda el reconocimiento de los mismos jugadores, con quienes no tengo que tener confianza. Tampoco se puede hacer una crítica porque sí, caprichosa o vehemente para ubicar al periodista por sobre el protagonista.
“Argentina va a necesitar equilibrio en Brasil 2014”
Macaya y su análisis en la previa del Mundial que comienza este mes.
- Es muy difícil presagiar qué va a suceder porque uno no sabe como estarán los jugadores al momento de jugar. Pero, más allá de eso, Argentina todavía está apurando los últimos tramos de su preparación en la búsqueda de respuestas positivas en el trabajo defensivo del equipo. Parece medio descompensado, muy rico arriba y casi pobre abajo.
- Necesariamente va a necesitar un equilibrio ya que, más allá de que el grupo que le tocó a la Argentina es netamente favorable, no deja de ser un Mundial, se juega contra los mejores. Y además, los mejores de esos países aparentemente débiles también juegan en Europa con los mejores del mundo.
- Va a ser importante no equivocarse porque un error se paga carísimo en un Mundial, no subestimar y estar informado. Yo creo que este cuerpo técnico trabaja bien pero los resultados que ha obtenido en el juego aún no reflejan eso. A diferencia del Mundial pasado, donde la presencia de Diego Maradona podía ser un gran estímulo para algunos jugadores, este cuerpo técnico tiene el orden y la disciplina que le imprime la figura de Alejandro Sabella.