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Aprender Salud

Aprender a reinventarse en el deporte (para seguir disfrutando)

Si te gustan los deportes pero te estás cansando más o sufriendo lesiones  quizás sea tiempo de reinventarse. Y para eso no hay una respuesta única.

Basado en las recomendaciones provistas por los Dres. Diego Iglesias, Servicio de Cardiología, y Raúl Ferrari, Servicio de Ortopedia y Traumatología.

 

Seguramente usted ya escuchó mucho acerca de lo beneficioso de la actividad aeróbica, por eso aquí queremos destacar su gran valor en el bienestar, su componente lúdico y la particular relación que cada quien hace con su hobby, su deporte favorito. Y subrayamos especialmente que, en ocasiones, hay señales que nos indican que podemos hacer cambios a nuestro favor en búsqueda de seguridad y para evitar lastimarnos.

Un paciente solía decir: “Siempre me gustó jugar a la pelota sólo que, a medida que van pasando los años, la fui achicando: de la pelota de fútbol pasé a la de tenis y después a la de golf. Tomé esto como una evolución natural”. Es que siempre hay un deporte para cualquier edad, habrá que adaptarse a las capacidades del grupo etario para poder seguir jugando. 

 

¿Qué significa reinventarse en el deporte?
El cuerpo está adaptado para determinados rendimientos que, con el tiempo, pueden ir decayendo en intensidad pero no en frecuencia. La aptitud física se basa en diferentes componentes: la capacidad del sistema cardiovascular y respiratorio, todo lo que tiene que ver con el sistema muscular (fuerza y potencia), todo lo relacionado a los sentidos (balance, equilibrio y tiempos de reacción) y la flexibilidad. Dado que difícilmente un sólo deporte las reúna a todas, podrán llevarse a cabo actividades complementarias (caminar y bailar, ir al gimnasio y jugar al tenis, o salir a andar en bicicleta y jugar al vóley, por ejemplo).

Los médicos buscamos que el ejercicio estimule todos estos componentes respetando a los pacientes jóvenes y adultos en sus actividades físicas mientras éstas no pongan en riesgo su aparato cardiovascular, locomotor o psicológico, en esos casos es cuando recomendamos renovarse, reinventarse, en el deporte. 

 

Antes de comenzar una actividad nueva es importante tener el apto físico del médico. No olvide llevar este tema a la consulta.

 

¿Me tengo que reinventar? Algunos indicios nos pueden advertir de esta situación

“Me están pasando todos por arriba”. Llegar a destiempo a buscar una pelota, empezar a perder la coordinación, velocidad o el rendimiento son indicios de que estamos practicando un deporte que no es el más adecuado para nuestro estado físico.

“Tengo más vendas que una momia”. El riesgo de lesiones crece en la medida que uno realice una actividad física para la cual su cuerpo no esté adaptado. Por ejemplo, cuando uno tiene lesiones repetitivas dentro de un deporte o cuando ya el rendimiento no es el que uno desea y el disfrute es cada vez menor. 

“¿Cómo lo voy a dejar si siempre jugué?” Muchos pacientes temen “colgar los botines” del deporte que siempre practicaron. Pero no se puede equilibrar la distancia de edad que uno tiene respecto de otros deportistas. Entonces, ¿vale la pena forzar, por ejemplo, el aparato cardiovascular, para alcanzar a un joven que te juega a media máquina? Lo mejor, entonces, es aprender a reciclarse.

 

Alternativas para reinventarse

Natación y aquagym. No tienen impacto en las articulaciones y los movimientos son contra una resistencia suave. El aparato cardiovascular lo puede llevar a cabo perfectamente ya que uno puede ir a la velocidad y el ritmo que le sean cómodos. El estilo crol está desaconsejado para quienes tengan alguna patología del hombro, habrá que buscar otro.

Danza. El baile al ritmo de la música preferida es un excelente ejercicio aeróbico, no tiene gran impacto (depende del ritmo elegido) y secreta muchas endorfinas, generando sensación de placer. Además deja un aprendizaje y puede realizarse en pareja.

Bowling. Es otra alternativa válida aunque menos conocida. Implica mucho movimiento de todo el cuerpo. Como en toda actividad habrá que ir adquiriendo una técnica adecuada para evitar lesiones. 

Ciclismo. Pasión de multitudes, implica tanto salir a pedalear como hacerlo con una bicicleta fija en casa, mientras se disfruta de una película o se escucha música. Habrá que adaptarse, dejar la mountain bike por el riesgo mayor a una caída. También, estar mucho tiempo sentado puede predisponer enfermedades relacionadas con la próstata. El consejo que dan las guías internacionales es levantarse y pedalear parado cada 15 o 20 minutos continuo por tres o cuatro minutos, favoreciendo la circulación de la zona del periné, que aprieta la zona del asiento de la bicicleta. Cuando siente que la entrepierna se empieza a dormir es momento de pararse.

Los campeonatos de veteranos. En los deportes de equipo es importante que no haya mucha heterogeneidad dentro del grupo. El rango de edad en estas disciplinas suele ser de diez años, diferencia que seguramente no se nota entre los 45 y 55 años pero que se hace más visible entre los 55 y 65. Si uno conserva el grupo y este tiene una intensidad pareja no hay problema, pero el desacople es riesgoso. Otra opción es achicar las dimensiones del campo de juego para evitar largos desplazamientos. 

 

La idea siempre es entrenar sin dolor, este es señal de que algo biomecánicamente está mal hecho o ese deporte no es el adecuado para su condición.

 

Ejercicio es medicina, actividad física es remedio. Ante un evento coronario (infarto, angioplastia, by pass) y después del año de acontecido y habiendo realizado una adecuada rehabilitación cardiovascular, tratamos de fomentar que el paciente realice actividad física en su entorno de pertenencia, ya que la actividad física forma parte del tratamiento de las enfermedades cardiovasculares. 

Es de importancia adoptar esa indicación con la misma seriedad y frecuencia con la que uno toma una pastilla. Uno no deja de tomar un remedio porque hace frío o está cansado. Del mismo modo, el desafío es poder arbitrar los medios para que estas variables no impidan la realización del ejercicio. Si uno condiciona el tratamiento a las condiciones ambientales, es muy difícil lograr los objetivos.

 

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Nota publicada originalmente en la revista Aprender Salud N° 21