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Internet de los cuerpos (IoB) discusiones Éticas y Legales
La neurotecnología, permite hoy almacenar datos y producir cambios neuronales y conductuales en las personas, planteando diversos desafíos éticos.
El concepto de "Internet de los Cuerpos" (IoB) está revolucionando la forma en que entendemos y gestionamos la salud. Este término se refiere a la interconexión de dispositivos que recopilan y transmiten datos biométricos e información corporal a través de Internet, integrándose directamente con el cuerpo humano.
Estos dispositivos pueden monitorizar constantes vitales, actividad física, calidad del sueño, entre otros, brindando un seguimiento continuo de nuestro estado de salud. Sin embargo, este avance plantea interrogantes cruciales en torno a la privacidad, la ética y la bioseguridad.
Evolución de los dispositivos del IoB
La Agencia Española de Protección de Datos Personales clasifica estos dispositivos en tres generaciones:
Primera generación: Dispositivos externos, como pulseras de monitorización de actividad física o vinchas con sensores de electroencefalograma.
Segunda generación: Dispositivos internos, como los marcapasos o implantes cocleares.
Tercera generación: Aún en desarrollo, se refiere a dispositivos fusionados con el cuerpo humano, que buscan una integración más profunda. Por ejemplo, los neuroimplantes podrían ayudar a personas con enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson.
Desafíos Éticos y la Bioética
El auge del IoB no solo trae consigo innovaciones médicas, sino también una serie de retos éticos. La bioética, surgida como disciplina académica en los años 60, examina las implicaciones éticas que surgen de los avances científicos y tecnológicos. En el caso del IoB, las preocupaciones van desde el manejo de datos personales y biométricos hasta el posible uso indebido de estas tecnologías. En este sentido, la neuroética, una rama especializada de la bioética, cobra especial relevancia.
Definida por William Safire en 1978 como el estudio de lo correcto e incorrecto en el tratamiento y manipulación del cerebro humano, la neuroética explora temas cruciales como la manipulación de recuerdos y la modificación del comportamiento a través de tecnologías cerebrales.
Neuroderechos: Protegiendo la Integridad Humana
La creciente capacidad de manipular la actividad cerebral ha impulsado el debate sobre los neuroderechos, una nueva categoría de derechos humanos que busca salvaguardar la dignidad y privacidad mental de los individuos. Entre los neuroderechos más destacados se encuentran:
Derecho a la privacidad mental: Protege la información cerebral contra accesos no autorizados.
Derecho a la integridad mental: Evita la manipulación del cerebro sin consentimiento.
Derecho a la continuidad psicológica: Preserva la identidad personal ante intervenciones que podrían alterar la personalidad.
Las neurotecnologías, como las interfaces cerebro-computadora y el IoB, ofrecen un potencial inmenso para transformar la salud y mejorar la calidad de vida de millones de personas. Sin embargo, también plantean riesgos significativos para la privacidad, la identidad y la autonomía personal.
Nos encontramos en un punto crítico donde el avance tecnológico debe ir acompañado de una reflexión profunda y responsable. No basta con evitar riesgos legales, sino que debemos proteger la esencia de lo que nos hace humanos. La ética, con principios como la autonomía, la beneficencia y la justicia, debe ser el marco sobre el cual construyamos estos avances. Solo así podremos asegurarnos de que las innovaciones en neurotecnologías estén al servicio de la humanidad y no viceversa.
Es esencial que las empresas y desarrolladores de estas tecnologías fomenten una cultura de transparencia y responsabilidad, donde el bienestar del usuario sea la prioridad.
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