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Perspectivas

Sebastián Bortnik: ¿Cómo preparamos a nuestros hijos para el mundo digital?

Conversamos con uno de los fundadores de Argentina Cibersegura, la ONG que ofrece charlas gratuitas en escuelas.

Conversamos con uno de los fundadores de Argentina Cibersegura, la ONG que ofrece charlas gratuitas en escuelas para chicos, docentes y padres sobre como cuidarnos cuando usamos las tecnologías. La palabra de un experto para entender los mejor usos, costumbres y riesgos de ser adolescentes en tiempos de Internet.

Por el equipo editorial de Aprender Salud. Nota publicada originalmente en la revista impresa, edición Marzo 2018.


Su Charla TEDx sobre grooming superó las 600 mil visitas en solo un año, haciendo visible una problemática poco conocida. Lo grave de este delito -un adulto que se hace pasar por un menor en Internet para abusar psicológica o físicamente de él o ella- sumado a su gran oratoria y la confianza que transmite al hablarle a los jóvenes, ayudaron a que Sebastián Bortnik se convierta en referente sobre un tema del que pocos hablan: como se puede enseñar y aprender a utilizar Internet de forma segura.

Informático apasionado por la docencia, nos recibió amablemente y accedió a que podamos profundizar sobre el rol activo que los adultos debemos asumir para guiar a los chicos y jóvenes mientras crecen en una época nueva, en la cual todo el día están conectados a Internet, exploran diferentes redes sociales y habitan un mundo que no distingue fronteras entre lo físico y lo digital.

¿Por qué decís que no es bueno pensar en Internet como un “mundo virtual”?
Esa es una de las banderas de nuestra ONG, evitamos llamarlo así porque -básicamente- algo virtual es algo que no existe. Y nos dimos cuenta que esta era una de las razones por las cuales los chicos no se cuidaban. Esa y el mito que tienen muchos adultos -y que también teníamos antes de empezar- que dice que “a los chicos no les interesa cuidarse”.

Todos nos cuidamos de la delincuencia o de no chocar cuando viajamos en auto. Pero nadie se cuida de los duendes asesinos, ¿Por qué? Porque no existen. Y esto es lo mismo, los chicos no se van a cuidar de algo que no existe, es lo más natural. Y nos dimos cuenta que un gran porcentaje del problema era que no conocían los riesgos. Y, cuando los conocen, se quieren cuidar. Mucho más de lo que suponemos. Por ese motivo nosotros llamamos a Internet “el mundo digital”. Porque las cosas que pasan en el mundo digital pueden ser tan reales como las que suceden en el mundo físico. Y este cambio no es solo semántico porque, si lo concebimos como virtual, nos comportamos como si allí no pasara nada, como si fuera algo abstracto, que está en la nube. Y esto no es así.

Los chicos la tienen clara con la tecnología pero ¿se saben cuidar solos?
No, es como pensar que si un chico saber hacer jueguito con la pelota va a saber como prevenir una lesión o un resfrío. Son cosas totalmente diferentes. Una es usar la tecnología con facilidad y otra es saber cuidarse. Por eso nosotros no podemos perder nuestro rol como adultos, los chicos necesitan de los adultos para crecer de forma sana, para cuidarse a determinada edad y para aprender a cuidarse cuando sean más grandes. Y no he visto un camino en el cual los adultos estén eximidos de la responsabilidad de cuidarlos.

¿Qué sucede cuando uno, como adulto, debe enseñar algo que no vivió, de lo que no tiene experiencias previas?
Hay un doble desafío. Primero, en concreto, incluso el adulto más canchero con la tecnología no fue adolescente con Internet. Con lo cual, en el mejor de los casos, puede conocer la herramienta pero no puede hablar desde la experiencia.

En mi adolescencia, si bien el mundo había cambiado, no era tan distinto al de mis viejos, ellos sí podían hablarnos desde su experiencia ya que íbamos al boliche, había que cuidarse del cigarrillo, las drogas, que te abran la botella delante tuyo y tener cuidado a la hora de moverse en auto. Pero nosotros no fuimos adolescentes con esta tecnología, esta conectividad. Nosotros no tuvimos una herramienta para hacer las cosas que pueden hacer los chicos hoy.

Y cuando caés rápidamente en juzgarlos -en lugar de intentar hacer el ejercicio de repensar como hubieras actuado- te das cuenta de que es mucho más de fondo el problema y se lo puede tratar de otra forma. ¿Los chicos no entienden nada y se exponen tontamente? ¿Cómo hubiéramos actuado nosotros a esa edad?

¿Cuáles son las redes que usan los adolescentes hoy? ¿Es verdad que se alejan de Facebook porque ahí están sus padres?
Totalmente, Facebook está decayendo desde el punto de vista de los menores y no es casualidad que haya comprado Instagram que -en mi opinión- es la red del momento. Snaptchat la sigue un poco por debajo. Hoy mayormente los chicos están ahí, también dedican mucho tiempo a juegos en línea, que a pesar de llamarlos juegos tienen espacios de interacción social.

Pero que no corran todos los padres a Instagram porque los chicos se van a ir a otro lado cuando lean esto (risas). Y es lógico, yo no hubiera ido al boliche con mis viejos y, si estaba en el club, quería ir con mis amigos. En ese sentido, hace poco en una charla con chicos hablábamos de como algunos se abren una cuenta de Facebook antes de los trece años. Uno levantó la mano y dijo “yo no tengo porque no me dejan hasta que cumpla trece”, muy bien. Al rato, hablando de Instagram, el mismo chico levanta la mano y cuenta algo. Y a mí me salió naturalmente preguntarle ¿no era que no tenías Facebook porque no te dejaban? “Pero a mí no me pueden prohibir Instagram porque no saben que existe”.

No pasa por el control el tema...
Hay que empoderarlos, no controlarlos. Si no les enseñamos a cuidarse, estamos sonados. Y esto a muchos padres le cuesta, genera resistencia, eso es lo que vemos, sobre todo en la pregunta que más nos hacen los padres, que es “¿con qué herramienta los podemos controlar?”.

Nosotros tenemos el concepto -aprendido de la experiencia- de que a los trece años, un chico tiene que saber cuidarse solo en Internet. Después de esa edad, cualquier herramienta de control es ineficiente. Sin embargo, hasta los ocho o nueve, hay que combinar herramientas de control con educación. Y entre los diez y los trece hay que ir eliminando los controles para empoderarlos.

Y ¿qué significa cuidarse solo?
No es que el adulto se va, es darles las herramientas para que, ante determinadas circunstancias, puedan decir “me parece que puedo estar en un problema”. Y volvemos a lo físico y lo virtual: es obvio que en un boliche estoy solo y me tengo que cuidar, pero casi nadie piensa que estar en Internet es también estar solo, que hace falta saber cuidarse.

¿Por qué no sirve pelearse con los avances de las tecnologías?
Porque es pelearse con la vida de nuestros hijos. Me pone muy mal cuando escuchamos a los adultos demonizando a las tecnologías. No te pido que la ames pero hoy la vida de los chicos pasa por Internet.

Siempre digo que son un medio y no un fin, porque los temas ya existían: la privacidad, la violencia, la pedofilia. Nuevos medios generaron nuevos modos de que ocurran incidentes o modifiquen situaciones que ya existían. La tecnología es un medio que vino para quedarse, no sirve pelear esa batalla perdida. Y, cuando decimos que hay que amigarse, no implica convertirse en un milennial o sacarse fotos haciendo trompita. Es mirar de otro modo, no mirarla enojado, entender que suceden cosas buenas en la vida de los chicos gracias a ello.

Los riesgos de Internet


Dijiste que había necesidad de estos temas, ¿cuáles son?
El título grande es “navegación segura en Internet” o “cómo cuidarnos cuando usamos las tecnologías”. Nosotros lo abordamos tanto para adultos como para chicos, aunque sucedió que las problemáticas de estos pasaron a ser un tema que a la gente le interesó mucho y estamos más centrados en chicos.

Nosotros los dividimos en tres líneas o ejes: el primero es la privacidad (ahí entra el tema del sexting, que es el envío consensuado de imágenes de índole sexual entre una pareja o alguien en quien se confía); el segundo el ciberbulling o ciberacoso (de que modo los chicos, a través de las tecnologías, potencian su nivel de agresividad, de violencia, con una cuota de frialdad muchas veces muy fuerte); y el tercer tema es el grooming, ahí no hablamos ya de una relación entre pares sino de un adulto queriendo captar a un menor a través de Internet.

¿Qué situaciones concretas les enseñan?
No son demasiadas ni muy complejas. Por ejemplo, si hablamos de grooming, una situación puede ser que estés chateando con alguien que empieza a pedirte contenidos sexuales, ahí tenés que disparar una alerta, es algo concreto. ¿Alguien que nunca viste te invita a un encuentro? Debés tener ciertos recaudos. No creas cuando te dicen “te va a ir a buscar mi primo”...

¿Se pueden detectar perfiles falsos?
No hay una forma concreta pero hay indicios que les damos a los chicos y tienen que ver con, por ejemplo, tener cuidado con la persona que empatiza todo el tiempo con vos. Por ejemplo, si tu familia no te deja hacerte un tatuaje, al que está del otro lado sí lo dejan; tu escuela te aburre, la de él le divierte; vos sos de Boca y ella también, etc. Lo hemos visto en transcripciones de chats que hemos conocido de casos de grooming. Otro ejemplo es bajarse la foto de perfil de quien uno desconfía y ponerla en el buscador de imágenes de Google. Si esa foto aparece en muchos lugares con distintos nombres, casi seguro es de un perfil falso.

¿Y qué cosas te sorprenden de hablar con los jóvenes?
Lo primero es el interés por cuidarse que ellos tienen, nosotros veníamos con el preconcepto de que estábamos yendo a hablar casi con una generación de inconscientes (risas). Y eso no es así, no hay charla que no se acerque un chico y nos consulte sobre cómo configurar su teléfono, contarnos que le está hablando determinada persona... Otra cosa que nos sorprendió es que quieren ser ayudados y necesitan de un adulto referente, esto es porque nos llegan mensajes pidiendo ayuda.

Eso es muy fuerte...
Tremendo, nos cuentan casos graves y cuando les preguntamos si lo hablaron con sus padres o docentes nos dicen que no “porque se van a enojar”, “nunca me escuchan” o “no me van a entender”. Y es complejo de afrontar.


Uniendo informática con educación


¿Qué tareas realizan desde Argentina Cibersegura?
Nuestra misión es meramente educativa, decidimos enfocarnos en ser una ONG educativa. Desde 2010 damos charlas en colegios para chicos, adultos y docentes. Y esa es nuestra actividad cotidiana. En épocas de ciclo lectivo llegamos a dar 25 o 30 charlas por semana. En los últimos años pasamos de dar 170 charlas en 2015 a 850 en 2017. Se confirma que había una necesidad de tocar estos temas y lo hicimos de una forma que está funcionando. En estos siete años de trabajo ya acumulamos más de 1500 charlas por las cuales pasaron cerca de 200 mil chicos que recibieron nuestro mensaje.

¿Ves que este concepto va camino a instalarse?
Yo soy un optimista empedernido para todo lo que hago en mi vida y lo aplico a esto también. Lamentablemente el camino es más lento de lo que quisiéramos. Nosotros decimos que esto debería ser un tema que esté en el currículum de todas las escuelas, que salgan sabiendo matemáticas pero también como cuidarse en Internet.

Por ejemplo, hace poco una amiga me consultó sobre como reaccionar ante un caso de sexting, y no hay un estudio que diga “a partir de seis mil casos de sexting en el mundo se resolvió que...” Entonces hoy prima esta experiencia, la cantidad de historias que escuchamos y creo que también mucha humildad, nos ha permitido dar algunos consejos que hoy todavía no los dan pedagogos o médicos.

Por suerte esto está empezando a suceder, es bueno que diferentes profesionales empiece a desarrollar teoría y práctica sobre esta problemática. Y nuestro mayor éxito como ONG sería desaparecer, que todo suceda en las familias, en las escuelas, que no haga falta que estemos.

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