Aprender Salud
La internación en un paciente frágil
¿Qué desafíos implica para la persona y también para su familia, su entorno?
Infecciones respiratorias, urinarias, situaciones vinculadas con traumatismos, caídas, cuestiones alimentarias, cardiovasculares, insuficiencia cardíaca... ¿Cómo atravesar mejor esta etapa y planificar la recuperación?
De la conversación con el Dr. Marcelo Schapira, Jefe de la Sección Geriatría del Servicio de Clínica Médica, destacamos lo que sucede cuando un paciente frágil debe atravesar una internación, situación que lo pone ante un desafío complejo pensando en la recuperación.
Se interna un paciente frágil, ¿cuál es el rol de la familia?
Uno de los grandes problemas que existe en la internación es la confusión que se da acerca de las responsabilidades cuando un paciente mayor se interna: ¿cómo hacer equipo con los profesionales en esta etapa?
“Vemos diferentes modelos de familias; la que está siempre presente es el mejor modelo, porque asume el cuidado junto con el equipo de salud. Pero seamos realistas, muchos familiares trabajan, tienen sus actividades, sus cosas, no pueden venir; otros no tienen a nadie... El paciente está internado, lo cuidan diferentes personas pero cuesta encontrar un referente”, detalla el Dr. Schapira.
Responsabilidades y desafíos compartidos. La experiencia demuestra que la presencia de la familia, el entorno afectivo y espiritual ayudan a una mejor recuperación: “Sin lugar a dudas ayuda en la internación, en sí no es lo mismo un adulto aislado que uno inmerso en la familia. Si el paciente está solo en su casa y tiene que tomar un antibiótico se puede confundir. O se levanta de la cama y se puede caer: toda pequeña situación cotidiana va a atentar a que la recuperación sea mucho mas lenta”, detalla.
“Es fundamental realzar el rol de la familia en el cuidado interhospitalario.”
Luego del alta, un nuevo escenario. Muchas veces, cuando los pacientes regresan a sus casas, quedan con ciertas limitaciones en su autonomía y esto es difícil de comprender y aceptar tanto para los pacientes: no es que “me operan y después me voy a mi casa tal cual vine, vuelvo a mi vida habitual”, explica.
Concurrir a hacer controles, necesitar ayuda en casa, acompañantes, son algunas situaciones frecuentes luego de la internación de un adulto frágil: “A veces la familia se sorprende y dice: 'ahora está así y a la noche hay que darle de comer, yo no puedo'. Hay que aceptar que su situación no va a ser igual a antes del evento de la cirugía.”
Otras situaciones complejas. Muchas veces, una internación pone de manifiesto conflictos familiares no resueltos: “salen trapitos al sol de cosas no resueltas de antaño, problemas de vínculos, muchos de los cuales tienen que ver con lo económico. Otros recién notan la complejidad de la salud de su familiar cuando se internó, cayendo en la cuenta de que no sabían bien donde estaba parado su familiar”.
Anticiparse para prevenir. Los médicos que conocen hace años a sus pacientes buscan anticiparse a estas situaciones antes de que sucedan eventos inesperados: “Muchas veces sabemos que esa fragilidad lo va a poner en mayor riesgo de, por ejemplo, una fractura o que se confunda con la medicación. Pero también puede pasar que le hicieron el cuento del tío o se confundió con el vuelto haciendo los mandados. Ahí es momento de tomar cartas en el asunto.”
“Por eso buscamos que las personas entiendan, cuando estamos frente a su familiar que es frágil, la importancia de su presencia en el cuidado intrahospitalario y a posteriori, así como generar un buen vínculo con el sistema de salud, formando parte del equipo. Son las claves para llevar adelante esta etapa de la vida. No hay soluciones mágicas, es barajar y dar de nuevo”, concluye.
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