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Aprender Salud

La necesidad de compartir con nuestros pares

“Hay mucha empatía entre la gente grande”, nos dice Felisa, quien tiene 89 años y es voluntaria acompañando a otros adultos mayores.

“Hay mucha empatía entre la gente grande”, nos dice Felisa, quien tiene 89 años y es voluntaria acompañando a otros adultos mayores. ¿Cuál es la fuerza de un llamado para recuperar la motivación? Lo conversamos con ella y con Laura, del programa Contá Conmigo de Amijai.

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“Cuando uno se va poniendo grande y casó a los hijos, crecen los nietos, hay una necesidad de compartir con tus pares, con gente que vive las mismas cosas que te pasan a vos. Hay gente que tiene una familia que la contiene mucho, otros tienen familia pero quizá no tiene tiempo para dedicarles, están muy ocupados. Ahí aparecemos nosotros, que estamos en la misma etapa, y nos acompañamos.”

Así comienza Felisa Sendler, quien forma parte de la comunidad del Italiano y además es voluntaria del programa Contá Conmigo, que lleva a cabo desde la pandemia la Comunidad Amijai. Conversamos con ella y con Laura Slafer, coordinadora del proyecto que busca reconectar a las personas mayores que viven situaciones de soledad no deseada. 

¿De qué se trata esta iniciativa? ¿Cuál es el valor de recibir un llamado telefónico, de encontrar una persona del otro lado de la línea? Nos lo cuentan Felisa y Laura.

Desde la institución de salud sabemos de este problema que es sentirse solo en los adultos mayores, y nos sorprendió gratamente encontrar esta iniciativa, ¿cómo comenzaron?
-Laura. El aislamiento que generó la pandemia nos llevó a pensar en hacer algo para nuestra comunidad. Luego esto creció cuando ganamos el premio de la fundación Navarro Viola en 2021. Nos dimos cuenta que no eran solamente las personas que venían a Amijai: empezamos a llamar a los vecinos, a gente de Buenos Aires, de otras provincias y de otros países también.

Lo interesante es cómo el acompañamiento telefónico ayuda a disminuir no solo el impacto que tiene la soledad en las personas mayores sino también les servimos de puente para que empiecen a participar y a construir su propia red de cuidado: la soledad no deseada es solo el punto de partida. A Felisa la llamábamos por teléfono durante la pandemia y después se postuló para hacer el curso de voluntariado.

¿Qué significa esta tarea de llamar a otras personas?
-Felisa: Yo pongo mi pasión, mi vida, me enriquece yo estoy re contenta de lo que hago. Escuchamos muchísimo. Cuando nosotros hacemos la primera llamada nos identificamos, le contamos que soy fulana de tal, que pertenezco a la comunidad, que me pasaron tu teléfono y que me gustaría estar comunicada con vos ¿Cuándo te parece que te vuelvo a llamar? ¿En qué hora? Después ponemos también un tiempo en la llamada porque si no, no te alcanzan las horas. Tenemos muy buena relación con todos los que llamamos por teléfono.

-Laura: Felisa tiene su estilo y también hay una encuadre, nosotros les damos una guía de cómo hacer el primer contacto al voluntario, entrevistamos a los posibles usuarios, a las personas que vamos a acompañar, a ver si tienen el perfil adecuado y que nosotros podamos sostener el acompañamiento. 

Los voluntarios no son terapeutas. Son personas mayores que tienen sus experiencias y sus profesiones previas. Evaluamos muy bien cada caso y llamamos una vez por semana. Es una escucha empática, es un momento para conversar. Solamente llama el voluntario o la voluntaria, la persona tiene que esperar hasta el horario y el día acordado.

"Yo todavía uso teléfono fijo. ¡Me lo querían sacar! Pero le expliqué al técnico cuando vino. Me dijo, ¿para qué lo necesitas? Le dije ¡vos no sabés lo que yo hago con este teléfono, es mi arma de trabajo!”

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¿Qué situaciones te cuentan las personas con las que conversás?
-Felisa. La persona confía en nosotros cuando empezamos a hablar, cuando uno es empático, se vincula con respeto, con amor. Creo que ahí vemos el alma de la persona. Pero lo que hablamos no lo puedo contar, hay cuestiones muy duras. Por ejemplo, me acabo de enterar de alguien que viene a mi grupo que la van a tener que poner en un geriatrico, es algo muy difícil pero yo la voy a acompañar en todo esto.

-Laura. Se habla mucho también de las directivas anticipadas con los voluntarios, en el marco del espacio de seguimiento que tenemos con ellos quincenalmente. Allí reflexionan en grupo sobre su propio proceso de envejecimiento, para tener mejor calidad de vida a partir de las situaciones que se van presentando. 

-Felisa ¡Tal cual! ¿Sabes qué? Yo conté que había firmado las directivas anticipadas del Italiano. ¡Cuando yo conté, nadie lo podía creer! Pero uno tiene que saber que la vida continúa y, así como tenemos calidad de vida, tenemos que tener también calidad para terminar bien. Y eso con las directivas es muy importante para muchas personas.

“Es valiosa la intergeneracionalidad, como solidaridad a nivel social, ¿no? Pero el acompañamiento entre pares y el vínculo que se arma es totalmente diferente y es muy importante.”

¿Son más mujeres o más hombres quienes participan? ¿Son distintos los acompañamientos con cada uno?
-Felisa. El acompañamiento es igual tanto para mujeres como para hombres pero es más sensible la mujer, siempre tenganlo en cuenta. No es porque yo sea mujer, pero es más sensible la mujer. Los hombres quizás no demuestran tanto en la llamada telefónica, pero después, con el paso del tiempo, ellos también van contando, van necesitando aliviar su alma y también tenemos un muy buen vínculo.

Igual sé que se armó un grupo de hombres, se encuentra los sábados a la tarde a tomar café. Antes eran pocos. Ahora cada día son 10, van a ser 12 y así el vínculo va creciendo, es muy lindo. 

Nosotras siempre tenemos un grupo de mujeres, que si nos van a llamar, que si nos vamos a tomar un café, que si vamos a caminar, a un museo. Es decir, nosotras siempre tenemos algún motivo para vernos, pero a los hombres no les gusta tanto. 


Si querés saber más de esta iniciativa, podés comunicarte al 7079-1243, por mail a contaconmigo@amijai.org ingresando a su web desde acá

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Agradecemos al equipo Socio Sanitario del Hospital y especialmente a Laura y a Felisa.

Fotos: Gentileza Felisa y Amijai